No, no voy a caer en la trampa de proponer que nos los merendemos, como hizo el inmortal Jonathan Swift en su opusculo Humilde propuesta del que he tomado prestado el título. Sería demasiado fácil y además estos jovencitos de hoy en día no son como los de la Irlanda del siglo XVII-XVIII, están duros y son correosos, probablemente debido a la excesiva ingesta de comida rápida y a la falta de ejercicio, pues están todo el día sentados jugando a la Play y viendo vídeos en Youtube. No, mi propuesta es cien veces más efectiva, aunque también hay que decirlo, un poquito más cruel…Pero poco. Se trata de hacerles el mismo tipo de exámenes que a sus compañeros, sin pararse a pensar si son de necesidades educativas especiales, si tienen alguna dificultad en lectoescritura, si son de familias desestructuradas o si en casa comen caliente al menos una vez al día. Si no atienden les castigamos a copiar sin miramientos, si no estudian o no traen las tareas les penalizamos sin recreo y que las hagan en clase, y si suspenden el examen no les hacemos recuperación, que hubieran estudiado. Si se portan mal en clase, que lo harán en la mayoría de los casos porque llegará un momento en que se queden completamente descolgados, les echamos sin miramientos con una amonestación. Y así hasta que acumulen tantas que tengan que expulsarlos para casa tres, cinco, quince días. Cuando lleguen al final del curso con todas suspensas se les obliga a repetir. Así uno, dos, tres, cuatro años, los que permita la ley y cuando cumplan 16 a la p… calle. Con una manita delante y otra detrás, para que espabilen.
Bueno, creo que ha quedado claro que esto era solo una parábola macabra. Por supuesto nuestro sistema educativo NO es tan cruel como para dejar tirado a su suerte a ningún adolescente, sabiendo que sin el mínimo título académico, que en nuestro país es el Graduado en Educación Secundaria se verían condenados a una vida de exclusión y miseria, puesto que incluso para muchos de los que titulan y continúan sus estudios postobligatorios y/o superiores ya es difícil encontrar acomodo en el mercado laboral… ¿O SI? 
La escuela suspendida 
Hombre…. yo tengo el título de profesor de practicas de peluquería aunque ejerzo como autónomo en mi propia peluquería…. con tu sistemas en vez de llegar 15 al ultimo curso en la autonomía casi con total seguridad ese año habríamos conseguido terminar 3 …. no se si es factible ni económicamente rentable, pero si no llegan los estudiantes y dejan de existir las recuperaciones, seguramente para profesor de peluquería habría que desplazarse a Madrid y como no es una profesión bien remunerada, puesto que cualquier paleta cobra mas dejaría el sistema educativo muy precario.
Realmente me preocupa mas el hecho de que se haya normalizado el hecho de que peluquerías que cometen fraude laboral ponen, por ejemplo, el corte de pelo a 3 euros que no llegan a alcanzarlo ni las academias y luego los que si pagamos impuestos somos careros.
El problema es el trabajo porque ya estamos en un país que todo vale y hunde a los pocos que aun aguantan…. el ejemplo lo he puesto en peluquerías pero ocurre en todos los sectores.
lo alucinante es la pasividad de las instituciones ante semejante fraude y del propio ciudadano pidiéndole al fontanero que te lo haga sin factura para así hundir mas al sector de los fontaneros.
El fracaso tan grande existe ahora porque no hay expectativas de integrarse en el mercado laboral al finalizar.
Eskilador…Que es ironía 😉
Lo malo es que muchos individuos pertenecientes al «sistema educativo» si opinan así¡¡¡¡
Vale, no me has aclarado cómo evitar que sean un lastre para sus compañeros, profesores y sistema educativo.
Expulsándolos?
Mejor educando Juan Carlos !
Claro Oscar, el artículo está escrito en clave irónica. Lo que pretendía, ya veo que sin conseguirlo, era denunciar el sistema actual, que expulsa a casi uno de cada tres alumnos sin la minima titulación, que en nuestro país es el Graduado en Educación Secundaria Obligatoria, en lugar de como muy bien dices, seguir educándolos, formándolos, dándoles tantas oportunidades como necesiten para no dejarles sin futuro.
Juan Carlos yo si he pillado la ironia y coincido en todo. Gracias. El problema es que hay tantos como Abel Cortijo que lo que buscan es una pildora para eliminar «el mal comportamiento» en sus clases, que al final lo que acaba pasando es que alumnes con distintas circunstancias que no les permiten seguir el ritmo que ellos imponen son una molestia dificil de solucionar.