Es una pregunta retórica naturalmente, la escuela está suspendida y está suspensa, o mejor está suspendida porque está en suspenso. No se sabe hacia qué lado declina, no sé sabe que intereses espurios la mueven, qué peligros la acechan, qué dolencias la invaden, no se sabe si tiene remedio.
La escuela esta colgada de un hilo y son muchos los que se agarran a ella.
Por un lado están los niños, los alumnos, los discentes, ajenos a cualquier peligro, victimas o beneficiarios de ella. Algunos pocos, privilegiados, logran sacar partido de la escuela, otros se convierten en sus victimas y sucumben ante su despiadada maquinaria uniformadora, el resto, la mayoría, simplemente consiguen sobreponerse a ella.
Por otro lado estamos los docentes, los hay de todo pelaje y condición. Están los que se empeñan en convertir la escuela en una escuela y los que ya hace tiempo abandonaron toda esperanza de conseguirlo. Los hay que no se doblegan y los hay que tienen roto el espinazo. Los hay públicos y los hay privados o concertados, entregados, humillados, sumisos, malhumorados, enamorados, castrantes y castrados. La mayoría fueron buenos maestros, algunos lo siguen siendo, muy pocos lo serán hasta el final de sus días.
Y luego están los tasadores, los especuladores, los ideólogos, los que le ponen precio a la escuela, los bancos, los lobbies educativos, las empresas expertas en hacer pedagogía a base de tasas, porcentajes, intereses y beneficios. De eso siempre ha habido, el problema es cuando alguno de estos llega a ser director provincial, o consejero… incluso ministro.
Pero también y sobre todo, la escuela está suspendida porque ya no es sólo un edificio erigido en mitad de un barrio o a las afueras de un pueblo, ahora también y cada vez más está en el aire, suspendida en la nube, es un curso abierto, on line y masivo (MOOC), es una entelequia, es una quimera…Lo que sea lo veremos en los próximos años.
Lo que sea lo iremos comentando en este blog. Sed bienvenidas/os